jueves, 10 de enero de 2013

FIFA BALÓN DE ORO 

¿ES EL FESTIVAL DE EUROVISIÓN DEL FÚTBOL?


Desde la unificación del "Balón de Oro" antiguamente otorgado por la revista France Football y el "FIFA World Player" otorgado por el máximo organismo futbolístico, este galardón en principio ha ganado en prestigio y repercusión del mismo evitando situaciones como las del boxeo, donde la abundancia de Federaciones y cinturones provoca gran confusión.

No obstante, tres años después de la fusión de premios, es obvio que, tal como se hizo, ha supuesto un patinazo importante. Al inclinar la balanza de los votos desde la parte más cualificada (prensa especializada europea), a la menos cualificada (capitanes de las docenas de selecciones nacionales grandes y pequeñas del mundo), el premio se ha convertido en poco más que un concurso de popularidad.

No es ya que los capitanes de Zambia, Gabón, Andorra, Islas Feroe, Emiratos Árabes o Indonesia puedan participar en esta votación, sino que sus sufragios tienen el mismo valor que el del capitán de Alemania, Inglaterra o Italia, o el de un corresponsal que siga una gran Liga durante todo el año. Hombre, a lo mejor el capitán de Gabón se ha preocupado mucho de considerar los méritos de los jugadores de la élite mundial a lo largo de doce meses, pero sospecho que, en condiciones normales, votará al jugador que mediáticamente le suene más por las apariciones de este en prensa o televisión.

¿Se imaginan que los Oscars se decidieran por voto popular? Seguramente Angelina Jolie ya habría ganado 15 estatuillas, Adam Sandler tendría 6 o 7. Un ejemplo bastante claro lo tenemos en Eurovisión, un festival en el que, cuando funcionaba con un jurado, las afinindades nacional tenían mucho peso, pero que con la introducción del televoto se ha convertido directamente en un chiringuito para el Este de Europa, con sus docenas de repúblicas. Pero claro, Eurovisión es un básicamente un espectáculo, donde lo importante es ver y dejarse ver, siendo la victoria más bien secundaria, mientras que un premio como el Balón de Oro pide a gritos una evaluación especializada. El sistema actual hace que quien domine la propaganda domine el premio.

Si bien el premio pide a gritos una reestructuración, tampoco es necesario volver al sistema primitivo de L’Equipe, en el que sólo contaban los votos de la prensa. Habría que introducir de una vez criterios fijos, dando importancia a los títulos colectivos y estableciendo, por ejemplo, que no se puede ganar el premio sin haber sido campeón por lo menos de Liga, Mundial o competición continental; o bien adjudicarle un valor en puntos a dichos títulos (por ejemplo: Liga 25, Champions o Mundial 50, etc.). También podrían establecerse una cantidad de minutos o partidos mínimos a lo largo de la temporada, o un número de puntos (no necesariamente grande) por gol obtenido. A estos índices se unirían los votos de un jurado especializado internacional formado por expertos (analistas, ex-jugadores…) lo más imparciales posible, o al menos equilibrados en sus filias. Que los corresponsales informativos que siguen las ligas donde juegan los mejores jugadores posean mayor cantidad de puntos a la hora de ejercer su voto. Se podrían añadir también los sufragios de los capitanes internacionales, como hasta ahora, aunque debería ser el parámetro de menos peso.

Además el premio debería otorgarse al principio de cada temporada, pues resulta absurdo evaluar el fútbol por años naturales. Con todos estos cambios, el Balón de Oro sería lo que debería ser: un premio equitativo, de prestigio y con gran aliciente para jugadores y aficionados. A menos, claro, que se considere muy interesante ver la misma sonrisa de un señor Argentino (el cual considero el jugador más desequilibrante del mundo actualmente y uno de los mejores que he visto) tras ganar su séptimo premio consecutivo (independientemente de los títulos que consiga) gracias a los votos de jugadores semiprofesionales que ganan su sueldo principal en un taller de coches o en una frutería.


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